El Caso de “Los Porkys” nos viene a demostrar lo fácil que es azuzar a la jauría mediática apelando a los prejuicios y a la ignorancia de la gente. Hay que ser hábil (y soez) para combinar las cosas, eso es todo.

Abusos y accidentes siempre habrá. Y cada quien se tendrá que hacer responsable de sus actos. Y para tumbar los miedos y los “peros” de los “apocalípticos”, no me resta sino lanzar la pregunta que siempre hago al respecto: “En una situación de emergencia, usted qué prefiere, ¿estar armado o desarmado?”…

No me resta sino terminar recordando ese dicho tan popular en EEUU, relativo a Samuel Colt (1814-1862), inventor y empresario gringo, famoso por su contribución a la industria mundial de las armas: “Dios creó a los hombres; Samuel Colt los hizo a todos iguales”.

De tanto en tanto, el periodismo contribuye más al sensacionalismo de nota roja que al esclarecimiento de hechos polémicos y al recto juicio de los mismos. Es el caso de Los Porkys de Costa de Oro.

Días sorprendentes nos ha tocado vivir. ¿Quién se lo hubiera imaginado hace apenas una década? Obama, representante oficial del “imperialismo yanqui”, pisó la isla que gobierna, desde 1959, la dictadura castrista. El hecho, de suyo, es sorprendente. De entrada, nos habla del enorme pragmatismo de la política como actividad humana. Mis viejos maestros bien me decían: “En este oficio se debe estar dispuesto a hablar y a pactar hasta con el Diablo”. Siempre les he dado la razón.

Hoy es un día propicio para celebrar a don Benito Juárez García y para recordar lo mucho que este país le debe al liberalismo.

Luiz Inácio “Lula” da Silva, ex Presidente de Brasil, acaba de morir políticamente. Su obstinación por conseguir “fuero” a objeto de no ser procesado judicialmente, demuestra su desfachatez personal y su nivel de desvergüenza. Estamos hablando de un político de izquierda de gran calado que, ante las fuertes acusaciones de corrupción en su contra, se enterca en obtener un escudo de impunidad.

Tanya Müller representa un caso típico dentro de las administraciones públicas: se trata de una persona que puede presumir una buena formación académica, gran parte realizada en el extranjero, pero que resulta muy ineficaz cuando debe traducir todo eso conocimiento en políticas públicas efectivas y eficaces. Se trata de los “especialistas inútiles”. Y vaya que hay varios de éstos en todos los gobiernos de todos los niveles y de todos los partidos. “Saber” no necesariamente significa “saber-hacer”.

AMLO no se está percatando de los alcances de la Revolución Informática que estamos viviendo, y, en consecuencia, mira con buenos ojos a la educación tradicional, que está herida de muerte por cara, ineficiente y restringida.

Poco a poco, y de manera indefectible, las plataformas virtuales para el aprendizaje en línea desplazarán a nuestro modelo educativo hegemónico. Quizá hasta lo desaparezcan de manera definitiva en unas cuantas décadas.

¿Alguien puede explicarles a las burócratas del INMUJERES que, en tanto expresión artística y cultural, absolutamente todos los chistes suponen el ejercicio del escarnio en contra de alguien dentro de un ambiente controlado? ¿Qué hacemos, pues? ¿De plano prohibimos todos los chistes, y no sólo los relativos a las mujeres, siguiendo la línea marcada por el espíritu censor del Venerable Jorge?

A mí me parece aborrecible y estúpida toda la mitología cristiana, que es la mitología que profesa Francisco del Toro, y también me parece malísima su película. Pero, en una democracia, como la que estamos construyendo con muchas dificultades en este país, todo mundo debe tener el derecho de decir lo que le apetezca.