La alianza PRD-PAN en el Edomex puede romper la larga cadena de gobiernos priistas y, al mismo tiempo, contener el dañino avance de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y de su partido-secta (MORENA), que representan una forma de hacer política sustentada en promesas demenciales oportunistas y demagógicas, así como en acciones generadoras de parasitismo social a costa del erario público.

Alfredo del Mazo no tiene carisma, es torpe al hablar, su agenda es plana, no conecta con “la raza”, no sabe debatir, ha sido un burócrata de alcurnia y sus propuestas populistas son grotescas (p.e. el Salario Rosa para las doñitas amas de casa). Pero todo esto, en una entidad como el Edomex, no importa tanto. Lo que importa es la estructura política.

A través de mecanismos democráticos, Hugo Chávez llegó a la Presidencia de Venezuela, en febrero de 1999, y, ya estando en el poder gubernamental, él mismo se encargó de sumir a Venezuela en una dictadura de tufo socialista que, hoy en día, vive su peor momento.

El narcotráfico es un factor de altísimo riesgo para el periodismo, muy cierto. Pero esto sucede así porque la sociedad y el gobierno de México, de forma por demás estúpida, continúan insistiendo en aplicar políticas públicas prohibicionistas y punitivas con respecto al mercado de las drogas.

¿Quién de ustedes, mis amables lectores, desearía tener hijos o parientes cercanos con espina bífida, con hidrocefalia, con trisomía del par 21 (Síndrome Down), con ceguera o sordera de nacimiento, con autismo, con parálisis cerebral, con esclerosis lateral amiotrófica, con parálisis facial periférica, con epilepsia, con Síndrome de Turner, con osteogénesis imperfecta o cualquier otro tipo de discapacidad?

Estamos acostumbrados a que las feministas nos digan que el acoso sexual es una práctica muy común en los espacios universitarios, pero sus declaraciones estridentes no suelen ir acompañadas de pruebas fehacientes. Incluso han llegado a hacer infamantes muros de denuncias anónimas a través de los cuales, de entrada, resulta notorio que ni siquiera saben cómo está definido el acoso sexual en nuestras normas penales.

A las feministas les incomodó bastante el hecho de la Procuraduría capitalina hiciera pública cierta información que, simplemente, no encajaba con el fallo dogmático del Tribunal de la Santa Inquisición Feminista: “¡Fue feminicidio!”. Les incomodó demasiado el hecho de que la información dada a conocer por la Procuraduría abriera otras posibilidades de resolución, como el suicidio o como el crimen por asuntos de drogas.

¿Qué es el “aborto masculino”? Es el derecho que tenemos todos los varones a que una mujer sea obligada a interrumpir su embarazo si, para que se lograra éste, se utilizó nuestro semen sin nuestro claro consentimiento. Se trata de evitar que, de forma arbitraria e injusta, una mujer utilice nuestro semen para fines reproductivos.