La ridícula y absurda Ola Abortista

Hagamos a un lado los embarazos por violación: embarazos que no son deseados y, para los cuales, ya existe la opción legal del aborto. Hagamos a un lado las otras excepciones, que también tienen una salida legal. Y hagamos a un lado la inseminación artificial y los bancos de semen.

Dicho y asumido lo anterior, para que haya un embarazo debe haber un coito heterosexual y, para que haya un coito heterosexual, debe haber “falocracia”… ¡y la “falocracia” es machista, misógina, androcéntrica y patriarcal según la mitología feminista, claro!

En defensa de AMLO, el “cariñosito”

Debe resultarnos repugnante el juicio reprobatorio que se ha hecho contra Andrés Manuel en relación con sus expresiones de cariño con las reporteras, toda vez que éstas nunca manifiestan su rechazo de inmediato, como debe ser por tratarse (se supone) de gente educada, civilizada, pensante, madura y profesional que, además, tiene la ventaja de poder externar su parecer o postura en un espacio público, ante múltiples testigos y con plena seguridad…

Los pitos de Mancera y la costosa mitología feminista

Lo hemos dicho muchas veces y lo seguiremos haciendo: las sectas feministas tienen vocación parasitaria. Se han dedicado, de forma sistemática, a esquilmar al erario público tanto como a las fundaciones filantrópicas del capitalismo patriarcal.

Los inútiles pitos de Mancera: un ejemplo más de la esencia parasitaria de la mitología feminista. Lo peor: este parasitismo se paga con recursos públicos.

Todo estudiante “chairito” quiere su “sesentayochito”

Muchos años de estudiante universitario y muchos otros de profesor universitario, así que algo sé de toda la pantomima dizque rebelde y revolucionaria que, de tanto en tanto, se despliega entre los estudiantes universitarios en coyunturas de crisis, como la que actualmente se vive en la UNAM a raíz del enfrentamiento entre grupos estudiantiles del CCH Azcapotzalco.

Nueva mega-marcha universitaria que de nada servirá

Convergieron hacia la explanada de Rectoría y sus campos adyacentes: eran indignadas y vociferantes masas de estudiantes, con toda la razón para estar molestas. ¿El centro de esta molestia? La inseguridad que prevalece en todos los campus e instalaciones de la “Máxima Casa de Estudios”… ¡pero muy “mínima” en cuanto corresponde a su deber de proporcionarles seguridad elemental a todos sus miembros y paisanos concurrentes!

¡Cerremos todos los CCH y demás claustros de educación media superior!

En estos tiempos de ciberespacio e Internet es de vital importancia, para cualquier país, desescolarizar la educación. Como país, necesitamos múltiples plataformas Web para que los chamacos puedan estudiar en sus propios espacios y tiempos. La autoridad educativa sólo debe estar presente para examinar a los adolescentes, a objeto de avalar conocimientos y acreditar grados.