“El Costeño” hizo evidente lo que muchos hemos venido diciendo desde siempre: el gobierno populista de AMLO es un creador de parásitos sociales, de mantenidos de las arcas públicas, de gorrones del erario nacional. Todo lo quieren “de gratis”. Éste es el signo distintivo de todos los proyectos populistas: crear huevones y gorrones.

Por conducto del fallido Secretario de Relaciones Exteriores de la 4T, Marcelo Ebrard, el dictador boliviano Evo Morales llegó a México en condiciones privilegiadas, para luego largarse a Argentina, pasando por Cuba, sin siquiera agradecerle al pueblo de México el trato privilegiado que recibió.

Ya salió a la luz pública el caso que detonará toda una cruzada esquizofrénica para implantar el feminismo en el ITAM, y no sólo el feminismo: también el anti-neoliberalismo, para gozo total del despótico Andrés Manuel López Obrador.

En efecto, el ITAM es una de las instituciones que, ya contaminadas, podrán servir de emblema para la Cuarta Transformación.

Para andar a la moda ideológica, Elena Poniatowska se quiso subir al tren psicótico del #MeToo y salió a decir que, de joven, fue abusada sexualmente por el afamado y ya fallecido escritor Juan José Arreola.

Menuda bronca se armó el martes 10 de diciembre entre campesinos zapatistas y homosexuales en pleno Palacio de Bellas Artes. ¿La razón? Pues resulta que los campesinos zapatistas están indignados por uno de los cuadros que integran la muestra pictórica Emiliano. Zapata después de Zapata, que se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

Se trata de un cuadro intitulado La Revolución, que expone a un Zapata encuerado, afeminado, entaconado, “suavecito” y sugestivo sobre el lomo de un caballo que trae la verga parada. Obvio, el sombrero de charro de Zapata es de color rosa… ¡ay, qué cosa!

Dos realidades: jóvenes realizando un performance contra la violencia hacia las mujeres, por un lado, y jóvenes victimadas, por el otro. ¿Alguna relación? Sólo el tema, nada más, porque los bailes exóticos en nada impactan el fenómeno de la violencia hacia las mujeres.

Cerca de 200 feministas se reunieron el pasado viernes en las instalaciones de la FIL, no sólo para escenificar Un violador en tu camino, sino para quemar libros “cargados de dogmas contra las mujeres o contra la comunidad LGBT+”.

Un eslabón más en la larga cadena de dogmatismo, intolerancia y barbarie inherente al feminismo, a toda la “ideología de género”, de hecho.

Las feministas mostraron su oposición fanática, censora, persecutoria e inquisitorial ante la mofa de que fue objeto la canción/coreografía Un violador en tu camino. Futbolistas jóvenes y miembros de la Marina subieron videos a las redes sociales; videos a través de los cuales se burlan de esa cancioncita, tan auto-complaciente como estéril.

Mientras en varios espacios públicos cientos de chavas interpretan el auto-complaciente “Payaso de rodeo” feminista (canción/coreografía Un violador en mi camino), en la Ciudad Gótica de México tremendo circo se armó en torno a una supuesta secuestrada: Laura Karen Espíndola, mujer de 27 años y madre de tres niños.

López Obrador sigue sin entender que el mercado de las drogas nunca desaparecerá, por lo que resulta mejor regularlo para que los daños sean menores y sólo dependan de la conducta del consumidor.

Insistiremos en ello: todas las drogas deben ser legalizadas y cada ser humano debe asumir, individualmente, el costo de sus decisiones frente a las drogas.