Las cortes supremas de México y de Colombia, domesticadas por la nefasta, totalitaria y genocida mitología feminista, han tomado decisiones vergonzosas, reprobables e inmundas, que dañan directa, tajante y fulminantemente el derecho a la vida de miles de seres humanos, la mitad de los cuales son hembras.

“La transgénero Lia Thomas” incurre en competencia desleal porque su cuerpo de varón le genera múltiples ventajas con respecto a sus oponentes, que suelen ser mujeres reales, mujeres biológicas. “Lia Thomas” es una mujer ficticia, porque en realidad es un varón, con cuerpo de varón, con fuerza de varón y con resultados de varón. Por ello, ha ganado diversas competencias frente a oponentes mujeres, lo que tiene a éstas muy inconformes.

Muchos son ya los morenistas que se han visto afectados por las campañas de linchamiento mediático e histérico a cargo de diversas sectas y personeras feministas; campañas donde prevalece el cobarde anonimato, el nado sincronizado, el video-drama, la ausencia de pruebas fehacientes y/o el irracionalismo histriónico. Vaya, el sello de la casa: el sello del feminismo. Todo esto bajo una sola consigna dogmática: “¡Yo sí te creo, hermana!”.