¿“Alerta de género” en CDMX? De nada servirá

Carlos Arturo Baños Lemoine.

La semana pasada, la dizque Jefa de Gobierno de Ciudad Gótica, Claudia Sheinbaum, decidió declarar la “alerta de género” para la Ciudad de México. Hoy mismo aparece publicada tal aberración en la Gaceta Oficial.

Sheinbaum pasó por alto un pequeño detalle jurídico: la declaratoria le corresponde a la Secretaría de Gobernación, tal como lo establece el artículo 25 de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. A la letra, dice así:

Artículo 25.- Corresponderá al gobierno federal a través de la Secretaría de Gobernación declarar la alerta de violencia de género y notificará la declaratoria al Poder Ejecutivo de la entidad federativa de que se trate.

Pero Claudia Sheinbaum se quería lucir, buscaba el aplauso fácil, valiéndole madres el marco normativo vigente. Vaya, es una gobernante de MORENA y sigue los pasos de su Huey Tlatoani, López Obrador: las leyes están para violarse, qué más da. Lo que importa es el impacto mediático engaña-bobos.

El ridículo resultó mayor cuando alguien le recordó ese pequeño detalle a Sheinbaum y ésta, de plano, se aventó la puntada de decir que bien podría haber dos “alertas de género” para la Ciudad de México… ¡vaya, ni cómo ayudarla!

¡Bah!… pero más allá de estos dislates jurídicos de la Jefa de (Des)Gobierno, lo importante es hacer notar que esa vacilada de origen feminista llamada “alerta de género” no ha servido, ni sirve, ni servirá.

Todo lo que tiene origen en la mitología feminista está destinado al fracaso. Tal es el caso de la “alerta de género”.

La “alerta de género” es un conjunto de medidas gubernamentales de emergencia destinadas a enfrentar y erradicar la violencia hacia las mujeres, especialmente la “violencia feminicida”, en un territorio determinado (art. 22 de la LAMVLV). El objetivo esencial es disminuir los niveles de inseguridad que perturban y amenazan a las mujeres en un territorio dado.

La medida, que hoy en día se aplica en 19 entidades federativas, simplemente no ha dado buenos resultados, y nunca los dará. No se puede obtener agua fresca exprimiendo piedras desérticas.

Debido a que la “alerta de género” se sustenta en la mitología feminista, de suyo irracional, sus supuestos y sus medidas concretas carecen de sentido de realidad y, por tanto, son incapaces de impactar positivamente al mundo cotidiano.

La Jefa de Gobierno prefiere la mitología feminista en lugar de la criminología y, por  esto, pagará un precio muy alto. Sus medidas son torpes, desesperadas, absurdas e insuficientes que, además, no van a la raíz del problema.

Vamos viendo algunas:

Creación de un registro público de agresores sexuales con sentencia firme, medida que viola el derecho humano a la reinserción social de los condenados y que no sirve para prevenir o inhibir la acción delictiva de nuevos agresores.

Aprobación de la Ley Olimpia, que sanciona el acoso y la violencia digital. ¿Será que la Jefa de Gobierno no sabe que existe un comando de “bloqueo” que puede resolver el 99.99% de los actos de molestia en los medios digitales?

Creación de un banco de ADN contra agresores sexuales. ¡Carajo, ese banco de datos debe existir para todos los tipos penales y ya vamos muy atrasados en su creación! El Combined DNA Index System (CoDIS) existe en EEUU desde 1990.

Mayor presupuesto para los Centros de Atención Integral a las Mujeres, que sirven para un carajo. Estos centros sólo abultan la burocracia parasitaria y adoctrinan en feminismo a las mujeres que allí asisten.

Capacitación y profesionalización a las autoridades ministeriales y judiciales dedicadas a atender los delitos sexuales. En teoría, todos los ministerios públicos deben estar capacitados para atender todos los delitos que aparecen en el Código Penal.

Construcción de más “Senderos Seguros”, que de suyo es una obligación permanente de todo gobierno para todo ciudadano. La inepta Sheinbaum vuelve a descubrir el hilo negro y el agua tibia. Y hay que decir, al respecto, que la inseguridad aumenta en las muchas zonas marginales de la ciudad; zonas de deficiente acceso y pésima iluminación; zonas en donde políticas populistas como Sheinbaum obtienen fácilmente el voto repartiendo dádivas.

Como podemos ver, se trata de medidas estériles de origen.

Y esto hay que verlo, además, a la luz de otras consideraciones: las mismas autoridades capitalinas refieren que el 90% de los casos de violencia hacia las mujeres… ¡se presenta en sus propios hogares!

Y no olvidemos que buena parte de la violencia hacia las mujeres la generan las propias mujeres.

Y hay que agregar, finalmente, que los patrones de emparejamiento, apareamiento y reproducción de los capitalinos suelen ser muy irracionales, hecho que aumenta la probabilidad de que se presenten conductas violentas dentro de los hogares.

Así, pues, queda claro que todas las medidas que, dizque para proteger a las mujeres, están tomando distintos gobiernos locales, incluido ahora el de Claudia Sheinbaum, son sólo medidas cosméticas, superficiales y engaña-bobos; medidas que ni remotamente tocan el centro del problema.

¿Mi pronóstico? Fácil: la violencia hacia las mujeres seguirá en aumento…

Por cierto, hoy por la tarde veremos cómo muchas mujeres ejercen la violencia para protestar contra la violencia hacia las mujeres…

Así las cosas en esta Ciudad Gótica.

 

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Este artículo de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.

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